JANA Y FERNANDO, UNA BODA ROMÁNTICA, CLÁSICA Y SENCILLA
Jana y Fernando, llevaban 12 años de novios y 4 viviendo juntos cuando decidieron dar el siguiente paso. Ambos románticos, tenían claro que su boda ideal debía ser siguiendo su estilo, clásico y sencillo, pero con un algún toque divertido que no gamberro. Esperaban un reportaje con fotos muy sencillas y bonitas de los dos, con su familia y su gente, algunas espontaneas y otras más posadas y así lo hicimos.
Casa de la novia y recepción de invitados
Comenzamos, en casa de la novia, después de comer, con su familia directa, mientras terminaba de prepararse, una luz de otoño entrando por el gran ventanal que se abría al salón y lo aprovechamos para hacer alguna foto en la terraza.
P: ¿Qué fotos no os gustarían que faltasen?
R: Retratos de la novia en blanco y negro y luego en el altar.
“El álbum es importante ya que son las fotos que tendrás de ese día para el resto de tu vida” .– Jana
Tras una acogida muy agradable y amena, con muy buen sabor de boca, nos dirigimos a la con-catedral de Alicante, para encontrarnos con el nervioso novio en espera y saludo de los invitados. La novia llega entonces, majestuosa y hace su entrada llena de desparpajo e ilusión. Eso sí, como marca la tradición, todos los padrinos y madrinas por delante, en riguroso orden y equilibrio. El novio la espera al final del pasillo, con una amplia sonrisa, lleno de luz.
La Ceremonia y las fotos de los novios
La ceremonia transcurre en el más absoluto de los respetos eclesiásticos y los párrocos incluso nos ayudan comunicándonos las pautas de cada etapa, para que no se escapase ningún detalle. Hay que hacer mención a este gesto. Tras las fotos oficiales en el altar, sale la novia, y es acogida por miles de pétalos de rosas, ya son marido y mujer y todo el mundo les felicita. El Sol ya no está, por lo que cambiamos los valores manuales, y coordinamos los flashes para captar esos momentos mágicos llenos de sentimientos.
Nos trasladamos a la finca donde se va a realizar el cocktail y banquete, antes de que llegue el resto de invitados, para poder disfrutar de unos momentos a solas con los novios y hacer las fotos en los lugares que el día anterior habíamos escogido. Ellos solos, mostrándose como son, risueños y nerviosos por el momento, sin más luz que la que nos ofrecen los candelabros y las farolas del lugar, aprovechamos para darles ese espacio que necesitan para relajarse un poco y salgan fotos más naturales dentro del posado.
El Coktail y el banquete
Justo cuando estamos acabando las fotos de ellos solos, comienzan a llegar los comensales. Amigos y familiares del novio y la novia quieren saludarles y besarles, por lo que discretamente nos apartamos, de nuevo haciendo gala de la invisibilidad, para seguir con nuestro trabajo de fotografía improvisada, no estamos ahí, pero remarcaremos los momentos.
Llega el tiempo al photocall y gracias a los ayudantes ya organizados, los novios podrán contar con fotos de todos los asistentes, y así poder, o no, escoger aquellas que quieran poner en su álbum y tengan siempre para el recuerdo.
Y como no, el banquete, bien esperado por algunos. Pasan a la sala, donde deleitaran los manjares escogidos. Y eso si, nosotros atentos a los momentos que hemos comentado con los amigos que ocurrirían y los novios desconocen, para, de nuevo, captar las sensaciones. Y que decir de la entrega del ramo, esta vez, siendo triple la misma y todo acompañado de una música preciosa, que hace que se te erice el cabello, más porqué no decirlo, se escape alguna lagrimilla, aunque, detrás de la cámara, uno queda bien escondido.
El baile
Ha llegado, por fin, el momento de desfogue y desahogo, ya han terminado todos esos meses de preparación que en unas pocas horas se han desvanecido, y ahora a bailar, a beber y a disfrutar del momento. Captemos las risas, las congas y los vasos saludando y tras un tiempo prudencial, alejémonos para que puedan disfrutar de su tan merecido día en grata compañía…
Jana y Fernando – Pásate por el portfolio de fotos de la Boda de Jana y Fernando