Les quedaba poco más de un mes para la boda y se quedaron sin nadie que captase su momento. El destino quiso juntarnos y gracias a un amigo común, Sr. Fandiño (que no Sr. Lobo), pudimos enseñarles nuestro estilo. Nos confesaron que lo que les hizo decidirse fue la cercanía, calidad y personalización que les mostramos.
Según sus palabras, esperaban poder ver
bonitas fotos, captar momentos, a las personas que nos importan. Y ya que nos ponemos guapos, recuerdo de las 5 horas de pelu, jajaja
Enseguida congeniamos y eso nos llevó a una buena amistad que sigue perdurando.
Y llegó el día, mas bien la tarde y comenzamos en la peluquería cerquita de sus casa, todo muy familiar. Comenzaban los nervios, pero mientras mamá la ayudaba a ponerse el vestido y dar los últimos retoques, papá se ponía guapo y juntos partieron hacia la Casa de los Tilos, en la Quinta del Jarama, donde tanto ceremonia como celebración serian quienes le arropasen el resto del día.
El sol lucía alto y fuerte, en pleno Agosto, justo enfrente nuestra, y así se mantuvo mientras duró la ceremonia. En todo momento, esa vena friki, que tanto nos ha unido, hizo gala de su presencia, en la música, en los amigos, en…todo, pero siempre manteniendo su toque especial. Por eso, fueron grandes y muy divertidos momentos los que pasamos, y ellos atentos a nosotros en cualquier detalle.
La tarta apareció, y entonces, como de la nada, la gigantesca espada de Conan emergió, real, si, era la replica real de la espada de Conan con la que cortaron la tara, coronada por Leia y Luke Skywalker que poco pudieron salvaguardar. Así siguió la noche, entre copas, risa y felicidad, sobretodo felicidad.
Un maravilloso día que os dejamos disfrutar también.